6 posibles razones por las que tu perro odia su arnés

Esperas que tu perro salte de alegría cuando te vea sacar su arnés y su correa. Significa que tú’ estás a punto de llevarlos a una aventura impresionante, y a todos los perros les encanta salir a pasear, ¿verdad? ¿Pero qué pasa cuando en vez de esperar ansiosamente a que los enganches, tu perro corre y se esconde? O tal vez se acobarda y mete el rabo entre las patas. Incluso pueden ponerse agresivos y tratar de cortar la mano que sostiene el arnés.

1. No le gusta que las cosas pasen por encima de su cabeza.

Para algunos perros, la idea de que un objeto extraño se deslice sobre su cabeza o alrededor de su cuello les hace entrar en pánico. Es como estar atado y atrapado por algo que se siente completamente antinatural.

La gente está acostumbrada a poner cosas alrededor de sus cabezas por necesidad. A menos que te comprometas a una vida de sólo usar camisas con botones, tienes que estar de acuerdo en ponerte la ropa sobre la cabeza. Los perros, por otro lado, descienden de una larga línea de animales salvajes. No les gusta la sensación de estar sujetos, y su cabeza es un área sensible. Tener un arnés puesto sobre su cabeza los hace sentir incómodamente vulnerables.

2. No está acostumbrado a tener las manos cerca de la cara.

Imagina a una persona acercándose a ti y agitando sus manos alrededor de tu cara. No son agresivos, pero es suficiente para asustarte. Su perro podría estar experimentando una sensación similar cada vez que sus manos se acercan a su cara. El aire que rodea su cabeza es su espacio personal, y no aprecia que esos límites sean violados…

3. El arnés no encaja bien o es generalmente incómodo.

Antes de comprometerte a una compra, busca la tabla de tallas del arnés apropiada. No debería ser difícil de encontrar, y debería darte sugerencias de tamaño basadas en las medidas del pecho y el cuello del perro, así como su peso. Es importante recordar, sin embargo, que esas medidas son recomendaciones, no reglas. Aunque la talla sea correcta, debes ajustar las correas para el ajuste correcto. Si el arnés no se ajusta correctamente, podría rozar, penetrar en su piel, o ejercer una presión incómoda en su cuerpo. Si tu perro sabe que su arnés es incómodo, no va a querer usarlo.

Aunque el arnés se ajuste bien, a veces el diseño no es el adecuado para tu perro. Ir por el arnés más barato que se puede encontrar garantiza virtualmente que tu perro lo encontrará incómodo. Por lo general, suele ir mejor algo con correas más gruesas y acolchadas que no se irriten o se claven en su cuerpo. Las correas de malla suelen ser cómodas, y mejor con múltiples puntos de anclaje para que el arnés se adapte a cada parte del cuerpo de tu perro. También debes probarlo y buscar la caída alrededor del pecho. El arnés apenas debería cambiar de posición incluso cuando tu perro tira de la correa.

4. Tu perro es alérgico al material del arnés.

Los perros pueden ser alérgicos a una larga lista de materiales usados para hacer arneses, incluyendo el nylon, ciertos tipos de metal, y los químicos usados en el tinte. Si tu perro es alérgico a su arnés, debería ser fácil de confirmar. Revisa las áreas donde su piel entra en contacto con el material, prestando especial atención a la piel sensible en las axilas y alrededor de su vientre. También existe la posibilidad de que aparezcan síntomas en otras áreas donde el arnés nunca se toca. Las zonas de la cara y la ingle son las más comunes. Los signos de una reacción alérgica incluyen parches de calvicie, lesiones con forma de ampolla, urticaria o lamido obsesivo de un área específica.

Puedes tener tus sospechas, pero la única manera de confirmar que un perro es alérgico a su arnés es hablar con un veterinario. Lo más probable es que recojan un raspado de piel para descartar la posibilidad de ácaros o una infección por hongos.

5. Tu perro ya ha hecho una asociación negativa relacionada con el uso del arnés.

También es fácil para los perros hacer asociaciones negativas con sus arneses. Aunque les encanta salir a pasear, pero si accidentalmente les pellizcas la piel mientras se ponen el arnés, pueden empezar a relacionar su arnés con ese breve segundo de dolor. La asociación podría ni siquiera estar directamente relacionada con el arnés. Podría ser que lo llevara puesto cuando fue atacado por otro perro o asustado por una moto… No recuerdan los parámetros exactos del incidente, pero saben que su arnés estaba involucrado en una situación en la que sentían miedo. Esa asociación negativa significa que ahora relacionan su arnés con algo malo. La única manera de ayudarlos a superarlo es a través de especialistas. Consulta con profesionales para que bien te visiten y trabajen con tu perro, o bien te den unas pautas a distancia para «de-sensibilizar» a tu mascota.

6. No le gusta salir de la casa.

Dejar la casa para un paseo diario, correr, caminar o cualquier otro tipo de aventura es la mejor parte del día para la mayoría de los perros, pero no para todos los perros. Algunos perros prefieren estar en casa, y saben que ponerse el arnés es el primer paso para dejar su zona de confort. Su comportamiento puede deberse al simple hecho de que están cansados y no tienen ganas de caminar, y también puede ser una respuesta al miedo. Ya sea que tu perro esté cansado o tenga miedo, deberías hablar con un profesional. Es la mejor recomendación que podemos darte en Mascotas.fit. Es normal que todos los perros se cansen si ya han recibido mucha estimulación ese día, pero también podría ser un problema médico mantener a tu perro en el sofá. Y si piensas que no les gusta su arnés porque tienen miedo de salir a caminar, necesitas profesionales para ayudarle a superar su miedo.