Llega el verano y es quizás cuando tenemos más tiempo para relajarnos y hacer deporte con nuestros amigos perrunos. Sin embargo, el calor no acompaña. Sigue estas recomendaciones para disfrutar de estos meses con tu mejor amigo y entrenando:
Ajusta tu tiempo de entrenamiento.
Las mañanas tempranas suelen ser las más frescas del día, y son el mejor momento para hacer ejercicio con tu perro en el verano. Reprograma tu rutina para que la mayor parte del ejercicio de tu perro se haga por la mañana temprano (por ejemplo, antes de las 9 AM) si es posible. Otra alternativa es hacer ejercicio al final de la tarde, justo cuando se está poniendo el sol, aunque en algunos lugares no hay mucho descanso de calor/humedad a esta hora. Y si eliges esta hora, no olvides un buen repelente de mosquitos apto para tu mascota.
Ajuste la duración e intensidad de sus entrenamientos.
Cuando hace calor y hay humedad, cada entrenamiento se hace más difícil ya que el cuerpo gasta energía para mantenerse fresco. Así como los atletas planean un período de aclimatación a nuevos climas, un período de aclimatación es una estrategia inteligente para tu perro. A medida que haga más calor, reduce la duración o la intensidad de los entrenamientos de tu perro. Déles la oportunidad de aclimatarse a las condiciones y luego, gradualmente, volver a sus niveles normales.
Divide el entrenamiento
Otra estrategia inteligente es dividir un entrenamiento en dos o más entrenamientos más pequeños. Esto minimizará las posibilidades de que tu perro se sobrecaliente y le dará la oportunidad de rehidratarse, repostar y descansar antes de volver a salir al calor.
Cambiar la superficie
Para las personas que se ejercitan en el pavimento, no olvidemos que el asfalto puede ser extremadamente caliente durante el verano. Lo más probable es que tu perro no lleve zapatos deportivos, así que notarán el calor del pavimento. Prueba a correr en la hierba o en un sendero en su lugar. Tu perro te lo agradecerá. Otra alternativa es trasladar algunas de tus sesiones al interior (por ejemplo, en una cinta de correr para perros o en un gimnasio), donde el clima puede ser controlado.
Monitorear el comportamiento de tu perro durante y después del entrenamiento
Esto es tan importante como el entrenamiento en sí mismo. Obviamente, si notas que tu perro es lento, tiene menos seguridad en los pies, o quiere acostarse más de lo normal, debes detenerte. Menos obvio es estar atento a los signos de estrés por calor después de que el entrenamiento haya terminado. Usa un monitor de actividad para perros, puedes incluso sincronizarlo con el tuyo propio. De cualquier forma, vigila a tu perro durante todo el día y si notas que está actuando de forma lenta, reduce el ejercicio del día siguiente.
Hidratar correctamente
Aunque los perros no sudan, el ejercicio en el calor y la humedad aumentará sus necesidades de agua. Un perro normal puede requerir 50-60 ml de agua por kilogramo de peso corporal. Un perro más activo, especialmente uno que es activo en el calor y la humedad del verano, necesitaría aún más. Asegúrate de que tienen acceso a agua fresca y rellena/renueva su cuenco de agua varias veces durante el día.
Estos 6 consejos tan sencillos que te recomendamos desde Mascotas.fit pueden suponer la diferencia entre sufrir o disfrutar con tu perro antes de que llegue el otoño. ¡Ponlos en práctica!